07-06-2009
Recapitulemos sobre la deshumanizacion
que frivoliza la esencia de la fecundidad,
que magnifíca los esteriotipos
de una modernidad desenfrenada
y tan efimera como enfermiza.
Todo pasa muy rápido,
con vehemencial estridencia
y las patologías se agudizan.
Las drogas físicas y audiovisuales,
las de receta o prohibídas,
las que se obtienen deliberadamente
en los centros comerciales o clandestinos,
no son suficientes,
y el vacío se instala ineludible
en cada grieta visceral,
imponiendo la sistemática ausencia
del bienestar prolongado.
La complascencia
es un instrumento descartable,
como la armonía
una palabra descatalogada.
Una mirada sincera y respetuosa
puede parecer un acto de violencia,
como si no valiera nada,ni la pena,
y provocara desconfianza,
como un acto de reticencia.
Una expresión abierta
de entendimiento y tolerancia
puede interpretarse como un insulto,
un agravio.
Los antivalores nos rodean, desde las trincheras de la decencia y voluntad,nos defendemos como podemos.
ResponderEliminarUn abrazo!!!!